Debemos de considerar la obviedad, que en toda gestación producto de una donación de ovocitos, el embrión resultante no comparte la genética con la propia madre.
Y ello es motivo de preocupación de muchas mujeres a la hora de aceptar dicha fórmula de maternidad.
Por ello es interesante anunciar que últimas investigaciones han podido demostrar, que existen conexiones genéticas entre madre e hijo, durante la vida intrauterina, incluso en fetos procedentes de ovocitos de otras mujeres.

Anteriormente se creía que la genética era algo inamovible, algo con lo que se nace y que no se modifica durante toda la vida. Hoy en día sabemos que esto no es cierto, y que la epigenética o los cambios ambientales que afectan al ADN, provocan una expresión diferente de la original.

En las embarazadas, esto podría afectar a los futuros neonatos, pues sus hábitos durante el desarrollo embrionario pueden modificar de una forma u otra el genoma de los embriones. Pero esto no es todo, pues diversas investigaciones han demostrado que esta “comunicación” entre embarazada y embrión, y la consiguiente modificación genética, se produce incluso cuando el óvulo procede de una donante.

En septiembre de 2015, Viella,  publicó un artículo en la revista Development acerca de la posibilidad de que exista una comunicación entre la madre, a través del  endometrio, y el embrión, momentos antes de su implantación. Viella identifica una molécula específica del líquido endometrial (hsa-miR-30d) que es capaz de reprogramar la genética embrionaria modificando la expresión de los genes, lo que hace que en este embrión se expresen o se inhiban funciones específicas.

Este estudio por tanto, confirma que las gestantes pueden variar la genética de sus futuros hijos durante el embarazo incluso si el óvulo no es propio. Esto se debería a que la variación genética se produce antes de que este óvulo se implante en el endometrio materno.

Así pues, las madres deberán aceptar que los genes no van a ser los suyos, eso es imposible, pero sí que podrán modularlos con su carga genética.

Por tanto, estas últimas revelaciones nos sirven para afirmar, no sólo que los hijos procedentes de donación de ovocitos o de adopción/donación de embriones serán en estudios próximos capaces de autentificar, gracias a la epigénetica, a sus madres, hasta ahora consideradas por algunos No Biólogicas.

Estamos pues ante la ruptura de un nuevo mito médico biológico?

Podremos dar respuesta científica a algunos dogmas éticomorales del pasado?

En poco tiempo vamos a tener respuestas.